sábado, 3 de marzo de 2012

¿Cultura o negocio?

Los ciudadanos debemos tener derecho al libre intercambio de conocimientos que enriquecería nuestra sociedad y no podemos aceptar que unas cuantas empresas –que no crean cultura, solo negocian con ella- controlen lo que somos, que es, al fin y al cabo, resultado de todas nuestras referencias culturales. No dejemos que privaticen también la confrontación de ideas que da lugar al progreso. El copyright no está enfocado hacia la transmisión de la cultura sino hacia obtener beneficios con la misma, algo que es intolerable.

Hay muchos creadores de obras culturales –música, cine, libros- que no son muy conocidos por el hecho de que ninguna empresa tenga interés en difundir las mismas. Las compañías que poseen el copyright de obras se encargan usualmente de su distribución, por lo que pueden, mediante el marketing principalmente, lanzar al prestigio internacional a un determinado autor que obtendrá así grandes beneficios; sin embargo, muchos autores necesitan Internet como medio para transmitir su obra porque ninguna empresa dedicada al ámbito de la cultura tiene interés en difundirla. Visto esto, sin las descargas habría muchas obras culturales de las que nunca podríamos disfrutar.

Por tanto, creo que con las descargas de Internet de obras protegidas por copyright podríamos llegar a lograr que la industria dedicada a “proteger” dichas obras se hundiese, consiguiendo así que todos los autores compitan en el mercado en igualdad de condiciones y pudiendo tener a nuestra disposición una mayor cantidad de obras culturales independientemente de si a una empresa le interesa que las conozcamos o no –puesto que la continua expansión de nuestro actual sistema de copyright nos llevará en algún momento a la censura.

viernes, 3 de febrero de 2012

El aborto


El aborto es considerado por muchos como un derecho inalienable de la mujer; por otros, como un asesinato, pues acaba con lo que llegaría a ser una vida humana.
Está claro que el feto no puede considerarse propiedad de la madre, por lo que, en un principio, no debería dársele a la misma libre capacidad de decisión; sin embargo, tampoco puede ser la sociedad la que, mediante la prohibición del aborto, obligue a la madre a tener un hijo sin desearlo. Visto esto, creo que la madre puede valorar de forma más adecuada –pues conoce su caso particular- las consecuencias negativas que podría tener el futuro hijo para ella y para él mismo y, en el caso de que decidiese no tenerlo, no se trataría de una decisión agradable y pensaría que eso es lo mejor para ambos.
Si bien es cierto que siempre existe la posibilidad de darlo en adopción, muchas veces la madre no tiene valor para hacerlo.
En los países subdesarrollados, podría considerarse una medida de control de la natalidad, puesto que las mujeres son obligadas muchas veces a tener más hijos de los que quisieran.
Además, muchas personas creen que las mujeres no deben abortar sino aceptar las consecuencias de sus actos –esto es algo drástico desde mi punto de vista, pues en todas las relaciones sexuales existe riesgo de embarazo.
Me gustaría apuntar, por último, que me sorprende que gran parte de las personas que están en contra del aborto por considerarlo un atentado contra la vida se complazcan pensando que existe un dios que puede manejar la misma a su antojo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

¿Por qué hay que ser bueno?

¿Por qué hay que ser bueno? Para responder a esta pregunta, debemos, previamente, hacernos otra: ¿qué es ser bueno? Creo que para este concepto no existe una verdad universal, es algo subjetivo, que viene establecido en gran medida por el entorno de cada persona –familia, amigos- y por la sociedad en general, sobre todo en el caso de los menores de edad; no tanto en los adultos, cuyo comportamiento viene regido, en líneas generales, por las leyes –aunque estas también regularían los actos de los menores, pero siendo los padres de los mismos mucho más importantes y concretos para ellos-, y especialmente, por su propia conciencia y la herencia del entorno en su juventud.

En el caso concreto que nos ocupa, creo que un adolescente no sabe exactamente por qué hay que ser bueno, sino que simplemente evalúa lo que hace a raíz de las consecuencias que produzca para con su entorno, habitualmente sus padres, ya que estos le habrán inculcado, casi con toda seguridad, la política, para mí incorrecta, del castigo/regalo –aquella que consiste en premiar al hijo cuando se considere que ha hecho algo bueno y en recriminarle y castigarle por sus malos actos sin, en muchas ocasiones, dar explicaciones o recurrir al diálogo.

Personalmente, pienso que hay que ser bueno, ya teniendo en cuenta la variación del concepto para cada persona, porque te puedes sentir reconfortado, satisfecho contigo mismo, al comportarte de modo correcto o hacer algo por los demás, sabiendo lo importante que es esto para tu felicidad, y mucha gente te valorará más. Además, las personas que están a tu alrededor se pueden contagiar –así como todo lo malo se pega- y estarías contribuyendo, en cierta forma, a mejorar el mundo o, al menos, tu entorno.

Aun así, he de decir, como conclusión, que creo que cada persona debe, en un ejercicio de responsabilidad, establecer su propio límite entre lo bueno y lo malo –sobre todo, los padres deben permitir a sus hijos hacerlo-, porque ¿cómo aceptar las normas de buena conducta que dicta la sociedad, cuando esta es manipulada por un sistema económico que no hace sino fomentar las desigualdades sociales y que es sustentado por la búsqueda del máximo beneficio personal?

martes, 1 de noviembre de 2011

Conflicto en educación

Las Instrucciones de la Viceconsejería de Educación de la Comunidad de Madrid sobre el comienzo del curso han suscitado, desde su publicación el 4 de julio, gran cantidad de manifestaciones, concentraciones y encierros por parte del profesorado y los estudiantes de Secundaria. A mi entender, no es para menos; este documento aumenta las horas lectivas semanales de los docentes de dicha etapa educativa de 18 a 20, dejando de incluir, además, tutorías o actividades extraescolares. La consejera de Educación y Empleo, Lucía Figar, cifra el ahorro con esta medida en 80 millones de euros.

Yo no estoy en contra del ahorro en tiempos de crisis, sino de a quién afecta el mismo. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid deja de recaudar unos 65 millones de euros con las exenciones fiscales que aplica a las familias con hijos que estudian en centros privados y gasta, en el marco de un Estado aconfesional, más de 35 millones de euros en profesores de religión y en ayudas a diferentes colectivos religiosos; sin ello, ahorraría (o recaudaría, según el caso) más de 100 millones de euros.

Creo, además, que las reformas efectuadas servirán para dar una mala imagen de la educación pública y muchos alumnos pasarán a la escuela concertada o privada, disminuyendo la equidad de los estudiantes y la futura igualdad de oportunidades que solo puede ser garantizada por la existencia de un único modelo de enseñanza, la educación pública y laica, algo a lo que los capitalistas, representados en Madrid por el gobierno de Esperanza Aguirre, son contrarios, puesto que viven de la explotación hacia otras personas, que deben ser inferiores a ellos, y se aprovechan de la crisis para introducir sus medidas de ajuste enfocadas hacia las desigualdades sociales.

También pienso que deben buscarse alternativas para el ahorro sin empeorar otros aspectos como la tasa de desempleo, ya que al aumentar las horas lectivas de los profesores no se renovarán los contratos de entre 2.000 y 3.000 interinos.   

He hablado a este respecto con Andrés Contreras Guillén, coordinador de la Asociación en Defensa de los Estudiantes, que insta a nuestros políticos a “apostar por los servicios públicos para salir de la crisis”, sobre todo la educación, “para que los jóvenes puedan labrarse un futuro y obtener un trabajo digno”. Nos habla también del trabajo de su organización: “Estamos en colaboración con Soy Pública, CGT Enseñanza y con otras organizaciones sindicales. El próximo día 11 de Noviembre de 18:00 h. a 21:00 h. en el Centro Cultural Santa Petronila hay convocada una reunión para todos los estudiantes de Villaverde para coordinar nuestras acciones. Contamos también con el apoyo de la Asociación de Usuarios de la Biblioteca Pública María Moliner, ya que en las Bibliotecas hace tiempo que empezaron los recortes.” Por último, aprovecha para decirnos que no nos rindamos, puesto que “la juventud es la llama del proletariado; aunque la lucha sea lenta, vamos lento porque vamos lejos”, y que luchemos por “los derechos de la clase trabajadora”.

En definitiva, creo que las medidas de ahorro deben aplicarse sobre otros sectores y no sobre la educación pública, que es la base para mejorar en un futuro nuestra sociedad.